Andreas nació en Berlín oriental (RDA) en 1965. La bautizaron con el nombre de Heidi, porque Andreas nació mujer. Empezó a destacar siendo adolescente en lanzamiento de peso, y con 14 años, en 1979, accedió a un colegio especial para jóvenes atletas en su Berlín natal.
Es ahí donde se introduce en el sistema deportivo de la Alemania Oriental como atleta profesional. Será aquí donde llevará a cabo toda su carrera deportiva.
En 1981 recibe por primera vez, de manos de su entrenador, unas pastillas azules, además de las vitaminas habituales. No sabe cómo se llaman ni tampoco están en su embalaje original, pero su entrenador le dice que le ayudarán. No es consciente, pero como muchos atletas destacados de la época, sufre dopaje sistemático con esteroides anabólicos. Este tipo de esteroides son sustancias que estimulan características sexuales masculinas, aumentando entre otras cosas la masa muscular y la hormona testosterona.
En 1986, Heidi gana la medalla de oro en lanzamiento de peso femenino en el campeonato europeo celebrado en Stuttgart, con una marca de 21,10 m. Tiene 21 años. Seguirá en activo hasta 2 años después de que el muro caiga, pero con 26 años tiene que retirarse por los efectos que el dopaje sistemático ha generado en su cuerpo.
Tras su retirada, experimenta graves problemas de salud: sólo resiste esfuerzos suaves y es incapaz de dormir de lado.
No será hasta 1995 que puede ponerle nombre a lo que le pasa: transexualidad. Gracias a este descubrimiento, en 1998 se convierte definitivamente en Andreas Krieger y a partir de este momento vive siendo un hombre.
En el año 2000 declaró como testigo en el proceso de Manfred Ewald, y descubrió que fue sometido a dopaje sistemáticamente sin que jamás fuera informado.
A día de hoy está casado con la exnadadora Ute Krause, víctima también de dopaje sistemático por parte de sus entrenadores.
Todos los años se otorga la medalla Heidi Krieger, que galardona a los alemanes que combaten el deporte.
Sé que esta historia es un tanto diferente a las demás mujeres que inspiran, pero yo siento que es necesario sacar a la luz las salvajadas que se hicieron en algunos países durante la década de los 80 por conseguir una aparente superioridad deportiva.
Siempre defenderé que ejercitar y mover tu cuerpo es lo mejor que puedes hacer, pero jamás estaré de parte de quien haga trampas y ponga en riesgo su salud (o la de otros) para ganar.
Fuentes: https://www.andreas-krieger-story.org/es/ ; https://es.wikipedia.org/wiki/Andreas_Krieger
¡Te veo en el siguiente artículo! Hasta entonces, ¡feliz entreno! (¡y recuerda, que nada te pare!)
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